Sueños perturbadores Itachi y Bulma [Naruto y DBZ]+18 cap 9 FIN


En este capítulo final habrá varias partes narradas por Itachi y varias partes narradas por Bulma. Yo lo he escrito editando la font de la letra, espero que la web no lo ponga todo por igual y podáis distinguir uno y otro.

Capítulo 9
Sueños perturbadores

La culpa empezaba a invadir mi cabeza. El corazón se me encogía en un puño. Me costaba respirar. La presión en el pecho no me dejaba coger el aire suficiente y al expulsaro me daban pinchazos.

Algo que prometí no hacer jamás, que siempre había castigado con Yamcha y había terminado haciéndolo yo. Premeditado, estudiado, deseado..."Bulma ¿que has hecho?" me repetía una y otra vez...






Estaba vistiéndome cuando esa mujer de pelo azul entró en la puerta de la habitación y me quedé a solas. Podía escuchar el agua del grifo y como un rato después ella murmuraba algo. Afiné mi oído y entonces lo entendí todo. Sabía que esto pasaría, que después se arrepentiría, que no podía dejarme llevar por algo que sólo debía ser meramente profesional y conveniente. Yo había llegado aquí por alguna razón y debía beneficiarme de ello. Necesitaba un tiempo que cada vez se me agotaba más rápido y esta mujer era la clave. Tras estudiarla detenidamente había descubierto que era una genio en el terreno ciéntifico y que si alguien podría ayudarme a aguantar un poco más hasta que Sasuke estuviera listo, esa era ella.

Pero no contaba con ese hombre malhumorado que la vigilaba constantemente y que, aunque ella no lo supiera, estaba cerca más de una vez. Esto y mi vuelta a mi universo era aún un asunto pendiente que me comía por dentro, pese a mi apariencia tranquila, serena y segura.

"¿Qué has hecho?" escuchaba una y otra vez por parte de ella através de la puerta. Cerré los ojos, apreté los puños y me maldije por haber caido en esta debilidad. Un nuevo dolor en el pecho me hizo encogerme y me lleve la mano hasta el corazón para sujetarme.

No podía dejarlo estar... sólo había una manera de acabar con su sufrimiento, el peso de su conciencia y agradecerle de alguna manera la ayuda que me está dando o que me dará. No hizo falta mas vueltas, lo supe.

La vi salir y se quedó mirando mis ojos unos momentos, fue entonces cuando lo hice... una técnica ilusoria.


Itachi se quedó mirándome fijamente y por un instante mi mente se quedó en blanco, un escalofrío recorrió mi cuerpo y me pregunté que estaba haciendo, pues lo había olvidado por completo.

  • - Vendré mañana por las pastillas que habíamos acordado.
  • - Claro. - Respondí aún atontada. - Ven por la mañana y te las tendré preparadas.


Se fue, desapareciendo entre cuervos y me puse de lleno a averiguar que tratamiento le vendría mejor para ganar tiempo ante su enfermedad. Me pasé el día trabajando en el laboratorio y se me olvidó por completo que Vegeta pronto vendría a por su racción de comida. Así que no pasó mucho tiempo cuando se hizo notar en la entrada del laboratorio.
  • - Mujer. La comida.
  • - Come lo que pilles Vegeta, estoy muy ocupada.
  • - ¿Pretendes que me la haga yo?
  • - No te vas a morir si un día te la preparas tu.
  • - Es que yo... - Apartó la vista y lo vi de reojo. - no sé hacer esas cosas de mujeres.
  • - Se nota que vienes de otro planeta... y también del paleolítico.
  • - ¿Qué estás diciendo?
  • - Que eso no es cosa de mujeres, es cosas de cualquier género.
  • - Lo que quieras, pero ponme de comer.

Resoplé por que sabía que no llegaría a ninguna parte esta absurda conversación. Así que dejé los apuntes sobre la camilla y salí del laboratorio. Vegeta me siguió al rato, muy pegado a mi y con los brazos cruzados en su pecho, muy serio y como si no le importase en absoluto. Dejé el tema estar.


Al día siguiente Itachi apareció en el laboratorio sin hacer ruido, como si fuese un fantasma, con la seriedad típica de él.

  • - Aquí tengo tu medicación – Se la tendí no sin antes piderle algo a cambio. - pero quiero pedirte algo a cambio.
  • - ¿Qué?
  • - Prométeme que volverás antes de irte.
  • - ¿Cómo?- Preguntó confuso.
  • - Tendrás que esperar un año hasta que las bolas de dragón que te trajeron aquí puedan estar disponibles y pidamos a Shenlong tu regreso a tu universo.
  • - Sabes que no me queda un año, pero hallaré la forma de volver a mi mundo, de hecho estoy seguro que alguien vendrá a por mi.
  • - ¿Puede alguien viajar entre dimensiones?
  • - Desde luego que sí.
  • - Pero quiero saber que vendrás antes de irte.


¿Qué clase de mundo extraño había ahí fuera? Aunque claro, quizás no debía de sorprenderme tanto teniendo en cuenta que nos han visitado seres de otros planetas y que han venido hasta de otros tiempos. Itachi no respondió a mi petición.



Con Itachi sentía la sensación de que algo se me escapaba, no sabía el por qué pero algo había de extraño entre nosotros. Lo sentía. Aún así él no decía nada y yo tampoco.


Pasaron varios días y no volví a saber nada más de Itachi. Esperé y esperé una visita de despedida que nunca recibí. Esperaba en mi interior que la enfermedad se atrasara y que fuera quien fuese diera con una cura y no muriera, y que no luchara con su hermano pequeño. Pero eso es algo que nunca sabré. Aunque me quedo con esos sueños perturbadores que lo trajeron a mi.



Habían pasado unos cuantos días y la medicación de Bulma parecía estar frenando un poco la enfermedad. Notaba que si limitaba los esfuerzos junto a las pastillas mi cuerpo no se resentía tanto y mi corazón podía seguir latiendo constantemente. Sin embargo aún tenía pendiente como volver a mi sitio.

No podía esperar un año a esas esferas que me trajeron aquí, por lo que opté por la única solución que veía posible. Tobi. Con su poder podría viajar entre dimensiones y volver a mi universo. Por suerte siempre guardo un as bajo la manga y siempre tengo controlada la situación, hasta lo que se desborda de ella. Es por ello que dejé algunas pistas a Kisame para que llegado el momento se las entregara a Tobi, con las correspondientes advertencias si no venía a por mi.

Si mis cálculos no fallaban en poco tiempo estaría aquí.

Apenas pasaron unas horas cuando una espiral que tomaba forma humana con máscara y capa apareció ante mis ojos. Ahí estaba.

  • - Has tardado bastante.
  • - Kisame no terminaba de explicarse. - No respondí ante su absurda excusa. - ¿Tienes lo que has venido a buscar?
  • - No es asunto tuyo.

Agarré su muñeca y ambos desaparecimos, apareciendo a los pocos segundos en una de las guaridas de Akatsuki.
Me fui a mi habitación y una vez solo pensé en las palabras de Bulma "prométeme que volverás". No cumplí la promesa por que no se la había hecho... una vez más fallaría en mis intentos .

Miré por la ventana y perdido en la vista del horizonte susurré "Pronto nos volveremos a ver, Sasuke".


FIN.

Comentarios