Descubriendo el amor - [Bra y Goten] Capítulo 7 FINAL


Capitulo 7
Descubriendo el amor en secreto


Mi padre cambió de cara cuando nos vio a Goten y a mi juntos, hablando solos en la cocina. Pero por el silencio que guardó entendí que mi madre aquella noche le había puesto las pilas.

Goku entró sonriendo como de costumbre y dando una palmada a su hijo en la espalda.

Se sentaron a comer y empezaron a devorar la comida como si no hubiera un mañana, mientras Goten y yo nos dedicábamos miradas furtivas sin mediar palabra.
Mi padre de vez en cuando nos observaba y en más de una ocasión me tuvo que pillar sonriendo como una boba al chico que me volvía loca.

Cruzamos la mirada un par de veces y me negó con la cabeza. Yo hice caso omiso y seguía a lo mio.

  • - Papá, voy a entrenar con Goten. - Goten se me quedó mirando con cara de ¿cuándo he dicho yo eso?, pero se calló y me aplaudí mentalmente por haberme vestido con ropa deportiva para bajar esa mañana a desayunar.
  • - ¡No! - Casi se atraganta el pobre. - Sólo yo te entrenaré. Ya lo hemos hablado, Bra.
  • - Vegeta, no seas maniático, deja a los chicos divertirse. - Goku estaba en el plato y en la conversación, sin enterarse de esto último.
  • - Te la cuidaré, Vegeta.
  • - Mas te vale.

Casi estábamos a punto de salir de la cocina cuando mi padre me pidió una cosa que ya me parecia raro a mi que no recordara.
  • - En mi cámara de gravedad no.
  • - Sí, papá. - Precisamente ya tenía yo un sitio en mente para lo que se nos venía.

Pero mi padre tuvo que imaginarse cosas horribles sobre nosotros dos para que antes de cruzar el umbral de la puerta lo escucháramos levantarse, venir hasta el salón y frenarnos.

  • - Mejor dicho sí, en mi cámara y la puerta abierta.
  • - ¡Papá!

Salimos pero no hice caso a mi padre, y cuando se dio la vuelta le pedí a Goten que me siguiera. Llegamos a las montañas donde ya habíamos estado en alguna ocasión y aterrizamos allí.

Me acerqué a él, le abracé por el cuello y acerqué mi boca a la suya. Él me rodeó la cintura con sus manos y me pegó más a él. Susurró en mi boca que aquello no podía ser, que teníamos que aceptarlo. Pero yo soy Bra Biefs y no me achanto con nada ni nadie. Así que cogí su cara con mis manos y le planté un beso en la boca dejándole sin palabra alguna y sin respiración. Metí mis manos por debajo de su camiseta cuando sentí que se relajaba y me agarró las muñecas.

  • - Espera, Bra... - respiró con dificultad. - Debemos esperar.
  • - Ya he esperado bastante.

Y cogí sus manos y las puse en mi cintura. Las metió por debajo de mi ropa y las subió, acariciando despacio mi barriga, mientras volvíamos a besarnos. Sin dejar de hacer lo que estabamos haciendo me senté en el césped, mientras el se ponía encima de mi y me ayudaba a tumbarme sin hacerme daño. Pobre...

Subió mi top y lo sacó por encima de mi cabeza, acarició mi mejilla y volvió a besarme mientras recorría su pecho con mis manos intentando elevar la camiseta hasta su cuello, para quitársela después.

Rodamos, me puse encima de él sentada a horcajadas y clavó sus manos en mi culo, pegándome mucho más a él. Volvimos a rodar y está vez debajo de él agarró la cintura de mis pantalones y tiró hacía abajo, sacándolo por mis piernas, habiendo quitado mis deportivas, y dejándome en ropa interior.

Se me erizó la piel.

Hizo lo mismo con él mismo. Se quitó las botas, se sacó los pantalones y se quedó sobre mi mientras me miraba fijamente a los ojos y me acariciaba los labios con el pulgar. Me besó la frente, la mejilla, la nariz, los labios... desprendía una dulzura única.

Acarició mi pelo mientras yo pasaba las yemas de mis dedos por su espalda, recorriendo cada milímetro de ella y despertando aún más nuestros sentidos.

Recorrió un camino de besos desde mi boca hasta mi pecho, deleitándose en mi cuello y succionando parte de mi para dejarme una marca que no se borraría en días. Siguió descendiendo hasta el pecho, donde los rozó con su nariz, con su boca y la punta de su lengua erizando cada vello de mi piel. Mis pezones se endurecieron y se irguieron para seguir recibiendo atención, pero Goten no paró ahí.

Siguió bajando por mis costillas haciendo un mapa de cariño y amor que me estaba haciendo volverme loca. Agarré su cabeza, enredé mis dedos en su pelo y dejé que me llevara.

Agarró mis braguitas y las deslizó por mis piernas hasta quitármelas. Se puso entre mis piernas y clavó su mirada en mis ojos. Me volvió a besar mientras volvía a recorrer el camino hasta el centro de mis piernas pero esta vez con su mano. Deteniéndose entre ellas y pasando los dedos humedeciéndose de mi.

Gemí al sentír su mano en la zona más sensible y privada de mi cuerpo. Enterré mi cara en su cuello avergonzada y el me apartó. "No te escondas de mi ahora". Me dijo mientras continuó tocándome y mi corazón se aceleraba, entre abría la boca y suspiraba.

Se quitó la única ropa que le quedaba, se posicionó entre mis piernas de rodillas y se puso en mi entrada. Poco a poco fue ejerciendo presión, abriéndome para él, despacio, muy lento, mientras ponía sus dedos en mi boca y no debaja de mirarme.

Me estremecí y gemí cuando se coló entero dentro de mi, sintiéndo una mezcla de dolor y placer que poco a poco dejaba paso a esto último a traves de movimientos lentos y pausados.

Entraba y salía de mi interior mientras sus manos recorrían mi cuerpo, desde mi boca y mi pelo hasta mis piernas y muslos. Nuestras respiraciones se aceleraban, mis gemidos salían entre cortados con cada embestida que se iba acelerando un poco más.

Poco a poco sentí una sensación conocida pero que sólo conmigo misma había experimentado y me dejé ir en sus manos.

Entendí que no había servido de nada pensar en cuentos de hadas, en el momento adecuado y perfecto, en la edad, ni el donde. Lo único que importaba era el con quién. Alguien que te hiciera desearlo, sentirlo, dejarte llevar, sólo así sería perfecto de verdad. Ahora lo entendía, ahora que estaba descubriendo el amor en secreto.



FIN.


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