Nada es lo que parece, ¿Celos? Vegeta y Bulma [Humor] Capítulo 2


El beso



Veía a Bulma más nerviosa de lo habitual, y eso es mucho decir en esta mujer que es un torbellino. Siempre me llamó de ella su temperamento, pero había ocasiones en las que sacaba lo peor de mi y mis instintos más primarios. Y no sólo hablo de los sexuales.

Aquella mañana la observaba de un lado a otro de la habitación, con unos papeles en la mano que cogía y dejaba sin ningún tipo de control.

  • Mujer, si no te calmas te dará un ataque cardíaco.
  • No puedo estar tranquila Vegeta, si no sale bien me arrepentiré una larga temporada de mi fracaso.
  • Seguro que exageras... eres tan excesiva como esa madre tuya. - Sabía que aquí estaba cruzando aguas turbulentas.
  • ¿Qué problema tienes con mi madre? - Se dirigió a mi. - Demasiado buena es que te aguanta siempre con una sonrisa mientras no aportas nada a esta casa.
  • Hummm. - Me callé, consiguiendo mi cometido de llamar su atención.

Cuando recogió todos sus papeles se quedó mirando un momento hacía donde yo estaba, y mientras yo esperaba mi beso diario de despedida, ella se atrevía a irse sin más. Que desfachatez por su parte, ¿cómo podía hacerme eso, a mi? A su... hombre. Soy un Príncipe, debería estar agradecida de tenerme en su casa y que le brinde protección.
La llamé antes de que cruzara la reja de casa.

  • ¿No se te olvida nada?
  • Emmm.... - Se puso pensativa un instante. Y recitó todos los potingues que lleva en ese bolso infinito y los dichosos papeles. Y unas entradas... ¿Qué entradas? ¿Para qué? - No, nada, Llevo todo.
  • ¿Y yo qué? - Pregunté mirando hacía otro lado.
  • ¿Tu qué? A ti no te puedo llevar, cariño.
  • Pues muy bien, corre que ya tardas... no vaya ser que ese Hikaru muera de viejo. Que los terricolas... - Le miré sonriendo con maldad sabiendo que esto iba a afectarle – envejecéis muy rápido.

Pero muy a mi pesar le afectó muy poquito, por que soltó sólo un comentario y se fue.

Estuve dando vueltas a las dichosas entradas, al despiste, a sus pocas ganas de discutir conmigo cuando siempre era una amazona en casa respecto a mi... estaba rara. Rara y ausente de mi. Me fui a entrenar. Me pusé a pelear intentando evadirme de todo lo que en mi mente pesaba, pero sin embargo no podía dejar de dar vueltas a la reacción y actuación de Bulma hoy. Ella nunca olvida un beso para mi, jamás ha dejado de dármelo... ¿Tendría algo que ver ese insecto de la compañia?. Dejé lo que estaba haciendo, y salí disparado en dirección la compañía de Bulma. Rezaba para que ese día no llevase el dichoso detector de KI y no me sorprendiera espiándola.

No dijo nada de el en el bolso, así que espero que no contara con el. Tenía que saber por que no me dio ese beso. Aunque no es algo que yo necesite, claro, pero es algo que me debe... que mínimo que un beso de agradecimiento por lo que hago. Que yo no soy un estúpido humano que quiera esos romanticismos, pero está rara... algo pasa.

Cuando llegué a la oficina me subí a uno de los árboles que estaban junto a la ventana, donde tenía primera línea de visión del enemigo. Ese gusano llamado Hikaru. Como me imaginaba era el típico humano endeble y estúpido que no dejaba de babear por mi mujer. Y más aún con esa ropa que le había pedido que no se pusiera, claro que me hizo el caso de siempre. Nulo.

Había acabado el entrenamiento cuando subí a la habitación a pedirle que me hiciera algo de comer. La sorpresa fue mayúscula al encontrármela de frente al espejo pintándose los labios de un rojo llamativo. Pero no por el color, que también, si no por que llevaba un vestido que le marcaba cada centímetro de su cuerpo y estaba terriblemente deseable. Quise arrancarle la ropa ahí mismo, quitarle las bragas y ....

  • Mujer – Carraspee volviendo al tema en cuestión. - de ninguna manera vas a ir así vestida.
  • Por que tu lo digas. .- Se pasaba las manos por las piernas poniendose esa tela transparente que no tapa nada.
  • Si casi no se puede imaginar nada. - Resople cuando se subió el vestido y vi la ropa interior minúscula que llevaba. - vas provocando.

Casi tuve que ponerme a mirar hacía otro lado por que en mis pantalones empezaba a notarse una erección de caballo, y no quería darle ese gusto.


El humano arrapastroso estaba cada vez más cerca de ella, tragué saliva. Se atrevía a reirse y coquetear con ella. Quise matarle. Ella sonreía y le seguía el juego... iba a destriparlo. Tuve que moverme y quitarme de la ventana donde veía tan bien por que miraron hacía ella, así que sólo podía oir.

Oí gemidos y la vena de mi frente empezaba a estar tensa. Pero es que el remate fue la charla que tenían.

  • Me encanta esto. Y lo que hemos hablado para que mentir.
  • Yo estoy encantado con nuestros planes.
  • Yo llevaba tiempo deseándolo, y hacerlo contigo es todo un placer. Y además estás muy hermosa hoy.


No aguantaba más. Mi ira iba en aumento, y sin poderlo controlar todo a mi alrededor empezó a temblar. ¿Hoy? ¿Cómo que hoy? ¿Se han visto más veces?

Me lancé por la ventana, atravesé el cristal y me encontré a ese insecto humano sobre Bulma, agarrándola, con sus manos sobre ella... ¿cómo se atrevía a tocar a mi Bulma?

  • ¡¡¡Bulma!!! - Grité fuera de mi y en Super Saiyan 2. - No pensaba que eras una mujer infiel.
  • ¡Ve....Vegeta! - Tartamudeó con el miedo en su cara... sabía perfectamente que iba acabar con la miserable vida que tenía al lado.
  • ¿Cómo te atreves, mujer?
  • ¿Pero que estás diciendo? - Y su cara se transformó, se levantó del suelo y se sacudió el vestido.
  • Eres una vulgar y una mujerzuela, Bulma. Me doy la vuelta y me eres infiel con el primer terrícola que te encuentras. Y a tu insecto te arrepentirás de haberte acercado ¡¡¡a mi mujer!!!
  • ¡Vegeta! - Gritó indignada.- No te consiento que me trates así, yo no estaba haciendo nada malo con Hikaru, eres un maldito estúpido.
Bulma estaba entre triste y enfadada a la vez, algo no iba bien. ¿Acaso tebía sentimientos humanos por él? ¿Era eso? Eso me enfurecía aún más.


  • ¿Cómo puedes negarlo, Bulma?, encima de todo eres una mentirosa.
  • Es que no lo entiendes Vegeta, no hemos hecho nada malo.
  • Y me lo dices precisamente tú, que estabas tumbada con él en el suelo y encima lo abrazabas.
  • Pero Vegeta, si estaba así es por que al oír la explosión me asusté y él me abrazó para protegerme.
  • Embustera, pretendes que crea que el se puso encima tuya para recibir mejor el impacto, ¿no?- La ironía se de mi.- Alguien tan débil y miserable como él no podría protegerte.
  • Perdone señor, pero yo solo me abracé a ella cuando pude ver que la puerta explotaba y fue entonces cuando nos caímos al suelo por la explosión. - Encima se atrevía a dirigirse a mi.
  • Hikaru, será mejor que te vayas, ya hablaremos del contrato mas tarde, si es que aun lo deseas hacer con mi empresa. - Hikaru cometió el error de acercarse a la cara de Bulma y plantarle dos besos.


Así que sin poder evitarlo le lancé una bola de energía que lo lanzó varios metros pasillo adelante. Bulma gritaba histerica, yo miraba hacía otro lado resoplando por semejante muestra de debilidad ante un ataque tan frágil y el insecto estaba inconsciente en el suelo.
La mujer se soltó de mi agarre, por que antes de lanzar por los aires a ese miserable yo había agarrado a mi mujer. Y corrió a socorrerlo mientras me miraba con una furia en sus ojos.


  • Se acabó, Vegeta. - Se giró y me miró. Esto se termina aquí.
  • ¿Cómo? - No entendía muy bien esa amenaza. - Claro que se acabó, no vas a humillarme así y quedarte tan tranquila.
No se muy bien por que dije eso pero no quería que pensara que me iba a venir abajo con sus pobres amenazas.
  • ¿Yo humillarte? - Apretó los puños. - Pero si eres tu el que me a tratado como una cualquiera delante de este hombre.
  • ¿Y eso es lo que te duele? ¿Que sepa lo vulnerable que eres para los hombres.


No me dio tiempo a verlo venir. Ni toda mi fuerza y velocidad de reacción sirvieron para detectar a tiempo el tortazo que me dio en toda la cara. Algún día dominaré algún estado en el que se puedan esquivar estas cosas automaticamente. Caray, para ser una mujer humana tenía su carácter y fuerza.
  • Se acabó Vegeta. - Y ahora empezaba a brillarle los ojos. - Estoy harta de tus continuos celos. Me has humillado, tratado como una fulana cuando yo jamás, JAMÁS, te he sido infiel. Estos e termina aquí.
  • Mujer... - Ahora empezaba a latirme el corazón más deprisa... si que le había hecho enfadar y estaba seria de verdad.
  • Trunks es listo, entenderá perfectamente que sus padres se separen y que no puedan estar juntos. Además, tu sueles hacer tus escapadas más de una vez y tus ausencias a todos lados es más que una costumbre.


Intenté tocarla pero se apartó y no cedí más ante el rechazo, no podía volver a humillarme. Una cabeza se asomó y una voz femenina se oyó.


  • Mi amor, ¿Estás bien? - ¿Cómo que mi amor? - ¿Qué a pasado aquí?
  • Sí, tranquila cariño. Estoy bien. - Dijo dando la espalda a mi y agarrando la mano de esa mujer. - Marian traeme una tila.
  • Claro, enseguida.


Nuevamente una fuente de ira y un cúmulo de nervios se adueñaron de mi pecho y me recorrían por dentro sin saber que era.
Sin saber que decir y sin querer hacer más presencia me fuí de la sala saliendo por la ventana y eché a volar dirección las montañas. Necesitaba reventar algo o iba a reventar yo o a alguien. Ahora tenía en mente la leve conversación con esa mujer y ese "mi amor" que no salía de mi cabeza.

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