Capítulo
2
Abriendo
mi corazón
Está
dormido frente al fuego y sólo puedo mirarle estática. No dejo de
pensar en todo lo que ha tenido que pasar en esa tortura, y el
resultado de su cuerpo tullido es lo que me estruja el corazón y me
lo desgarra por dentro. ¿Qué es un soldado sin sus dos ojos? Es
increíble que aún piense en luchar. Es el hombre mas fuerte
mentalmente que haya visto nunca.
Lo veo
moverse en sueños y siento el impulso de arrodillarme frente a él y
acariciarle. Cogerle la cabeza y susurrarle al oído que todo saldrá
bien. Pero entonces se despierta, me mira y sonríe daleando la
cabeza y mirando hacía otro lado.
Es tan
tímido a veces que me cuesta creer que sea un soldado tan fuerte y
valiente. Se levanta y se viste mientras no dejo de observarle y hago
lo mismo que él.
Cuando
ambos estamos vestidos nos miramos, pisando sobre las ascuas de la
fogata que había frente a nosotros, mientras nos deleitábamos con
la pasión del otro.
- -EVA, ¿No robaste explosivos de la fortaleza? - Me pregunta acercándose a mi.
- -Es C3, un reciente explosivo que han desarrollado recientemente. - Digo mostrándole algo rectangular. - Se puede moldear, como la arcilla. Con este poquito puedes volar el laboratorio y el Shagohod.
- -¿Enserio? - Veo la sorpresa en su cara.
- -Sí. Pero tiene un pequeño truco.
- -Cuéntame.
Su
curiosidad siempre me atraía, era como un niño obediente deseando
de aprender más cosas. No podía evitar sonreír cuando me pedía
explicaciones sobre algo, alguien como él tan duro, no era normal
que fuese tan humilde. Nuevamente me volvía a sorprender.
Mientras
cogía los explosivos y los guardaba le di la espalda, y con un poco
de C3 que tenía en mis manos hice un corazón. Con una sonrisa le
mostré mi trabajo y su cara no mostró ninguna expresión, quizás
lo que habíamos hecho anoche no significó para él lo mismo que
para mi. Esto me dolió.
Lo
cogió mirándolo y lo guardó en su bolsillo. Mientras tanto le puse
al día de todo lo que tenía que saber sobre la misión y mirándole
a a la cara puse mis manos en su cara y le aclaré.
- -No me he olvidado de mi otra misión. - Acerqué mi boca a la suya mientras notaba su nerviosismo. - Ayudarte.
Siempre
se ponía tenso conmigo, lo cual me gratificaba en cierto modo. Pese
a la apariencia de duro, que realmente lo era, podía seducirle y me
halagaba la idea de tentarle, casi tanto como él me lo está
haciendo a mi. Se que se preocupa por mi situación, por que me
descubran y que todo acabe mal para mi, para ambos. Intento
tranquilizarle.
- -No te preocupes Snake, el Coronel aún confía en mi. Se como camelarmelo. - Me di la vuelta. -No hay hombre que se resista a mis encantos...excepto tu.
- -EVA, sólo te digo que tengas cuidado. - Confesó sonriendo de medio lado, casi apartando la cara.
- -Lo sé, lo tendré. - Le acaricié la mejilla y sonreí. - Vamos.
Me
subí a mi moto y arranqué, mientras él me miraba de arriba abajo.
- -Parece que naciste montada en una de esas.
- -No podría pasar un sólo día sin montarme en una. - Podía ver la incertidumbre en su cara. - Cuando voy encima, el viento me da tan fuerte, que me hace daño. El daño que me hace olvidar el dolor que siento al tener que ser otra persona. No es fácil fingir constantemente. Sólo cuando estoy encima de la moto, puedo ser yo misma. Sólo volveré a ser yo misma cuando muera o... - Le miré a la cara. - ...me enamore.
El
silencio se hizo eterno y me volví a centrar en mi moto, aceleré y
salté la cascada mientras escuchaba de fondo la voz de Snake,
decirme que me iba a volver a mojar.
Tenía
que hacer mi papel y mi parte de la misión. Me dirigí a la base
donde estaba Ocelot, y nuevamente volví a enfrentarme con él, como
siempre. Su manera de mirarme y olfatearme como si fuese una perra me
ponían enferma.
- -¿Tanto te gusta mi perfume? - Pregunté apartándome de él.
- -No. - Se detuvo un momento mientras sacó, en una milésima de segundo, el revólver. - Hueles a gasolina para motos.
- -¿Qué dices? - preocupada por que me destapara.
- -Eres la perra que estaba con ese soldado obsesionado con el judo. - Me apuntó a la cabeza y me enfrenté a él. Ahora ya no podía hacer nada mas.
Al
final, sin saber como, terminé inconsciente.
Recibo
un fuerte golpe en el estómago que me hace abrir los ojos. Frente a
mi veo a Volgin, quien me golpea constantemente, Ocelot, que apunta a
Snake, y a The Boss, de brazos cruzados mirándome fijamente.
- Y pensar que la encantadora Tatyana era una espía. - Volvió a pegarme. El fuerte dolor se incrementó cuando vi la cara de Snake observarme, envuelto en ira, rabia e impotencia por no poder ayudarme.
Sólo
podía permanecer en el suelo, a merced de quien quisiera dañarme.
Mis intentos por atacar a Volgin con la barra de labios no sirvieron
para nada. Tras quedarme sin el "legado de los filósofos"
, Volgin le explicó brevemente a Snake lo que aquello era. Al
terminar, se lo entregó a The Boss, quien le comentó que ella se
ocuparía de todo, y también de mi.
Se
acercó hasta mi cuerpo tirado en el suelo y me agarró del brazo, me
miró a los ojos y me dijo, "yo me ocuparé de todo". En su
cara la decisión era evidente y no podía evitar sentir parte de
tranquilidad. ¿Acaso no era la enemiga de Snake y mía? ¿Por qué
iba ayudarme? Algo me decía que confiara en ella.
A
duras penas me puse de pie, sujetando mi costado izquierdo avancé,
pasando por al lado del monstruo de Volgin y yendo hacía donde The
Boss me indicaba. Lo último que escuché de allí fue de su boca,
dirigido a Volgin iban las palabras "Volgin, lucha como un
guerrero". Aquello me hizo echar una última ojeada a
Snake...sentía mucho miedo por él.
Tras
llegar a una habitación, The Boss me ordenó que me sentara. Con
cariño, que no esperaba, me curó las heridas y me confesó algo que
nunca pude imaginar. El dolor de una madre que tenía que traicionar
a su hijo. Así era con Snake. Su mentora, la cual ahora iba a
traicionarle. Me contó la verdad de todo lo que estaba pasando. No
se por que confía en mi para eso, pero algo tengo claro, quiere que
Snake lo sepa y yo cumpliré su voluntad. Sólo puedo sentir
admiración, pena y orgullo ante el coraje que muestra esta
mujer...alguien menos fuerte que ella, no hubiera podido soportar
todo esto.
Al
cabo de un buen rato me subí a la moto y me dirigí a donde estaba
Snake. Frente a mi estaba todo en llamas y veía salir por la puerta
al hombre que estaba conquistando mi corazón. Aceleré y le indiqué
que se subiera.
- -The Boss te está esperando en el lago. - Confesé al fin cuando paramos.
- -¿Esperándome?
- -Esperaba no tener que decirte esto... - Le abracé fuertemente. - ...no quiero que luches contra ella, Snake. Es una relación que no puedo entender. Pero yo...veo algo mas que una relación entre un hombre y una mujer. Te envidio...de verdad. Pero no lo puedo entender. Me pidió que te dijera algo...nunca había visto a nadie con unos ojos tan claros como los de ella.
Un
golpe atronador nos interrumpió cuando estábamos a punto de irnos,
Volgin nos perseguía y junto a él teníamos que esquivar muchos
soldados enemigos que nos tiroteaban. Entre fuego cruzado nos íbamos
acercando al final de la batalla con él. Tenía que morir y sólo un
soldado como Snake podría vencerle.
Nos
encontramos con Ocelot, que nos persigue y nos dispara. Ese sucio
imbécil no para de atosigarnos y no hay manera de escabullirse.
Entramos en la zona incendiada en la huida y justo cuando una viga
iba a caer sobre él, Snake saca un RPG7 y apunta para salvarle.
Nuevamente me sorprende lo que este hombre es capaz de hacer.
Conseguimos
darle esquinazo y nos volvemos a encontrar de frente con Volgin.
- -EVA, conduce tú.
- ¿Seguro? - Pregunto con su mano sobre la mía.
- Confío en ti. - Me dice decidido. -Pero con una condición, yo seré quien luche.
- Bien. Estaba cansada de huir.
- EVA... - Vuelve agarrar mi mano. ...vamos ya.
No
puedo evitarlo y poso mis labios en los suyos. Me devuelve el beso y
me siento feliz por un momento. Cuando me quito le veo sonreír y le
respondo de igual manera.
- Para que nos de suerte. - Bromeo mientras le miro.
La
batalla con Volgin y el Shagohod es dura, pero finalmente conseguimos
ganar cuando tras tirarlo por un puente, y salir con vida, se
electrocuta así mismo. Es tan irónico que no puedo creerlo. Snake y
yo nos miramos, en silencio, sin saber que decir o que hacer.
Finalmente le abrazo, me aferro a él como si mi vida dependiera de
ello. Puedo sentir su olor, su respiración y sus manos abrazándome
fuerte. Algo que nunca antes había hecho así. Me sorprende y me
siento afortunada y dichosa de que, por primera vez, me devuelva una
muestra de cariño sincera.
Estamos
tan bien juntos que no puedo pensar en nada mas. Pero algo nos
interrumpe, varios refuerzos enemigos vienen hasta nuestra posición
y nos empiezan a disparar.
-Ahora
no hay tiempo para esto . - Digo rompiendo el contacto con su cuerpo.
- El avión para escapar está ahí delante.
Nos
ponemos en marcha y salimos de allí pitando, mientras los soldados
enemigos nos persiguen entre disparos. Justo cuando creíamos que
íbamos a salir victoriosos nos damos cuenta de que estamos perdiendo
combustible, a causa del tiro de Ocelot. Ambos miramos el agujero
hasta que al volver la vista al frente vemos unos troncos que me
resulta imposible esquivar. Chocamos frontalmente y salimos
disparados ambos y el vehículo.
Snake
se levanta, me busca...pero yo no puedo moverme. Siento mi cuerpo muy
dolorido y pongo mi mano en la parte izquierda de mi vientre.
- ¡EVA! - Grita cuando no me ve.
- Estoy aquí. - Lo veo venir arrastras hacía mi y cuando le muestro la herida su cara me aterra. - Snake, ¿qué pinta tiene?
- ...no muy buena.
- Que poco tacto... - No puedo evitar toser y sentir como la sangre sale por mi boca.
- EVA...
- ¿Qué tal estás tu, Snake?
- Estoy bien.
- Me alegro. - Y es verdad que lo es. Pero me aterra la decisión que debo tomar.
Se
pone en pie y lo veo mirar hacía donde hay señales enemigas.
- Tenemos que salir de aquí. EVA, vamos.
- No, déjame aquí.
- ¡EVA!
- The Boss te espera, tienes que irte. -No puedo evitar llorar. Se acerca mi fin y no puedo permitir que él se quede aquí. - Dame una pistola...
- ¡No! ¡Nos vamos a ir de aquí juntos!
- Todavía estamos muy lejos del lago, yo...no llegaría.
- No me lo puedo creer...
- ¿Qué? - Pregunto extrañada
- Nunca creí que fueras tan débil.
- ¿Qué quieres decir?
- Escúchame EVA. Vamos a salir de aquí juntos.
- No, tú...
- EVA, te necesito.
Sus
palabras me penetran profundamente en el alma. Siento la necesidad de
que este sentimiento que me recorre al oírlo, se repita otra vez.
- Dilo otra vez.
- Te necesito. - Me siento anonanada mirándole, observando su ojo azul y su cara... - Yo no puedo pilotar el WIG solo.
Tras
una sonora carcajada por lo idiota que me siento en este momento, le
vuelvo a mirar sonriendo.
- Está bien entonces. - Me apoyo en la piedra y me preparo para sacar la rama de mi costado. - Supongo que tendré que ayudarte.
Me
impulso y resisto el dolor de extraer el aquello de mi, no puedo
evitar gritar cuando por fin sale entero y caigo de rodillas, a su
lado. Sangrando sin parar consigo levantarme.
- Tienes suerte de tenerme aquí. - Justo al terminar de decirle esto no puedo sostenerme en pie y caigo. Pero unos brazos fuerte me recogen y me estrechan contra el pecho de mi soldado, que está conmigo, cuidando de mi.
Mientras
me sostiene en sus brazos, con una de sus manos, saca el botiquín.
Puedo escuchar que no queda mucho material para ambos, y sin embargo
está mas preocupado por mi que por él mismo, otra vez.
- Snake... - Susurro en sus brazos mientras intento, a duras penas, pasar la mano por su cara y sus labios.
- EVA, te vas a poner bien. - Me deja en el suelo y me abre el mono más para tener acceso a mi herida. - Voy a curarte.
- Snake...tu también estás...herido. - Me cuesta trabajo hablar y casi no puedo moverme. - Ya has oído...tu eres la prioridad.
- EVA, vamos a discutir eso ahora. Tenemos que irnos. - Siento sus manos hurgar en mi herida. - Ésto te va a doler un poco.
Sin
fuerzas lanzo un leve quejido cuando siento la aguja entrar en mi
carne. Consigue pararme la hemorragia y me sutura. Mi herida está
controlada y veo como se cura él mismo ahora.
Cuando
acaba me mira, le digo que puedo andar y que estoy mejor pero, al
avanzar en un par de pasos, pierdo el equilibrio y casi recaigo.
Snake me sujeta y se saca un revólver de su cinturón para dármelo.
Me da una leve clase sobre como disparar con el y me lo entrega,
colocándolo el mismo en mi cintura.
Avanzamos
despacio por el la selva, mientras él nos protege de los soldados
enemigos. Casi estamos en el lago, sólo hay que subir una de las
pequeñas colinas paras poder acceder a esa zona. Me impulso en él y
logro saltar. Al fin hemos llegado.
- Lo hemos conseguido. - Logro decir sonriendo, aún incrédula.
- Lo hemos conseguido. - Dice mientras me mira, con un amago de sonrisa en su rostro.
- Por allí. - Señalo a donde estoy viendo el avión y él se queda mirando al frente.
- Es The Boss ¿no? . - Pregunto sabiendo la respuesta. - Voy a preparar el WIG para el despegue.
- Bien. - Me mira a la cara.
- Os dejaré solos. Pero volved sanos y salvos, ¿vale? - Me doy la vuelta y me dirijo al avión, le miró una última vez. - ¡Prométemelo!
Pero
no lo hace. Sólo se da la vuelta, me da la espalda, y sigue
adelante. Yo hago lo mismo. Me meto en el WIG y me pongo en el panel
de mandos. Consigo prepararlo y ponerlo en marcha.
Espero
un poco hasta que voy a recoger a Snake. Cuando llego, sólo le veo a
él...comprendo que The Boss ha sido derrotada.
Tras
sobrevivir a la intrusión de Ocelot en el avión, conseguimos
estabilizarlo y llegar con vida.
Poco
después estábamos en casa de Snake, sentados frente a la chimenea,
hablando sobre la misión, lo que habíamos hecho y lo que haríamos
ahora.
- ¿Qué vas hacer ahora? - Pregunta después de dar un trago a su copa de vino.
- ¿Qué quieres que haga?
- ¿Vas a volver a la KGB? - Me dice sonriendo. - ¿Por qué no te quedas en América?
- América ya es historia para mi.
- Pero has salvado el mundo.
- Bueno, no lo hice sola. - Brindé junto a su copa.
- Aún te debo una cena.
- ¿Eso también forma parte de tu misión? ¿O es una orden? ¿Quizás una invitación? - Cojo de su mano la copa, arrebatándosela – O...¿Una proposición? Ahora no recibo órdenes de nadie.
Antes
de terminar de decir la frase, tenía sus manos en mi espalda y mi
hombro, acercándome a él. Me apegó contra su cuerpo mientras me
besaba apasionadamente. Lamiendo mis labios y dándome suaves besos
que me estaban derritiendo.
Sus
manos se escondían por debajo de mi ropa, arrebatándomela con cada
caricia que me daba. Se pone sobre mi, sin dejar de besarme mientras
sus manos recorren mi cuerpo. La excitación nos evade de la realidad
momentáneamente y no somos conscientes de que hemos tirado las copas
de vino al suelo. Le doy la vuelta, poniéndome yo encima de él.
Entrelazamos nuestras manos mientras nuestras bocas siguen unidas,
deleitándose con la pasión del otro, saboreando nuestra esencia. La
pasión ardiente que desprendemos, como la llama que arde en la
chimenea que es testigo de aquella escena, nos está quemando por
dentro. Dejamos salir cada uno de los sentimientos que nos recorren
el cuerpo, que nos estábamos reprimiendo durante el tiempo que duró
nuestra misión. Ahora somos libres, para elegir que queremos hacer y
con quién queremos disfrutarlo. Rueda sobre mi y se posiciona encima
a horcajadas.
Su
radio empieza a sonar, sacándonos del cuento que estábamos creando.
Nuestro beso es interrumpido y se incorpora sin saber que hacer. Yo
le ayudo a elegir. Le quito la radio de la cintura y la lanzo al
fuego. Durante un momento se queda sin saber como reaccionar hasta
que al fin, sonríe mientras vuelve a lo que estábamos haciendo.
Entrelazamos
nuestras manos, pego mi pecho al suyo mientras nos besamos cada vez
mas rápido, mas desesperadamente, y esta vez soy yo la que se pone
sobre él. Rodeando su cintura con mis piernas, me apego
completamente a su cuerpo. Me echo hacía atrás para contemplarle,
mientras paso mis manos por su pecho, desabrochando la ropa militar
que lo cubre.
Sus
manos recorren mi cuerpo, que reacciona al tacto de sus dedos. Snake
me despoja completamente de cualquier prenda que cubre mi cuerpo y me
deja expuesta y desnuda sobre él. A horcajadas, sintiendo la
erección al otro lado de sus pantalones, y que palpita en mi
entrepierna, bajo mis manos hasta su cinturón, que desabrocho
despacio, alargando la agonía de tenerle dentro de mi.
- EVA... - Acaricia mis labios con sus dedos, descendiendo por mi barbilla hasta llega a mi pecho. - He cedido a la tentación.
- No, Snake. - Le quito los pantalones, dejándole desnudo. - Soy yo, EVA, la que finalmente ha mordido la manzana que tu me ofrecías.
- ¿Qué?
Me
acerco a su boca, que lamo dulcemente mientras mis manos acarician su
pelo. Desciendo por su cuello, besándolo, intentando trasmitir lo
que durante la misión he experimentado gracias a él.
Siento
como su erección crece debajo de mi, como provoca a mi sexo,
humedeciéndome sobre él y sintiendo mi interior arder.
Bajo
por su torso lamiendo despacio cada una de sus heridas y cicatrices.
Ambos estamos marcados por nuestra vida, nuestro trabajo, la vida de
un soldado y una espía. Suena a película, pero no quiero pensar en
el final.
- Snake, soy yo la que te necesita. - Susurro en su boca, agarrando sus manos con las mias y apretando mi pecho contra el suyo. - Te necesito dentro de mi.
Me da
la vuelta y toma el control de nuestros cuerpos. Posicionado entre
mis piernas puedo sentir como, poco a poco, toma paso a mi interior.
Le siento entrar lentamente, de una manera tan dulce y tentadora, que
cierro los ojos y arqueo la espalda para disfrutar hasta la mas
mínima sensación que me provoca. Estamos unidos de todas las
maneras posibles, una unión única, placentera y excitante. Me
atrevería a decir que mi corazón le empieza a pertenecer a él.
Como nunca antes, estoy haciendo el amor con un hombre tan especial
que ha conseguido abrir mi corazón. Me embiste, una y otra vez,
mientras me besa, acaricia y me susurra palabras que jamás imaginé
que escucharía. Nunca había imaginado, que sentirme la necesidad de
alguien iba a ser tan placentero. Le abrazo con las piernas la
cintura, para sentirle mas profundamente en mi interior.
Gimo
en sus labios con los ojos cerrados, sintiendo cada embestida mas
salvaje y apasionada que la aterior. Ambos estamos desatados,
deseosos y luchando por librarnos de esta carga que nos persigue.
Hemos encontrado la forma en el cuerpo del otro. Snake acelera el
ritmo, y siento que mi orgasmo se aproxima y me aprieto contra él,
moviendo las caderas para buscar mas placer, hasta que al final me
dejo ir. Continúa sus movimientos, aproximándose al abismo cada vez
mas, hasta que se deja llevar y siento como se derrama dentro de mi y
su miembro palpita en mi interior.
Durante
un momento se mantiene en esa postura sin salir. Mirándome,
acariciando mi cara y mi boca con sus dedos, con la respiración
entrecortada por el esfuerzo, me susurra "EVA, I need you"
.
Sus
palabras, su tono de voz y la suavidad con la que sale de su boca me
derrite, me embriaga y me enloquece. Siento emociones que nunca antes
había experimentado y lucho para no dejar salir las lágrimas.
Cuando
sale de mi interior me abrazo a él, ambos desnudos, en el suelo,
entregándonos a los brazos de Morfeo y de la paz.
Poco
después me despierto, aún está dormido, pero se ha puesto la parte
de abajo del pantalón. Me visto, saco la fotografía que le hice en
la cueva de la cascada y la beso, firmándola con mis labios. Preparo
lo que debo contarle, algo que me encomendó The Boss.
Antes
de salir sostengo en mis manos una manzana. Debo grabar algo mas de
mi parte, debo confesarle la verdad.
"En
el jardín del Edén fue la serpiente quien tentó a EVA, pero esta
vez, he sido yo la que tentó a la serpiente. Lo siento Snake, te he
mentido. No soy una espía. Realmente vine a por el legado de los
filósofos. Pues yo soy en teoría una. Fue enseñada en su escuela
de encanto. Mi misión era engañarte para conseguirlo y después
matarte. Pero no puedo hacerlo. No puedo matar a quien me está
haciendo abrir mi corazón, a la única persona por la que he sido
capaz de sentir amor. Pero no puedo hacerlo por que nos amemos, o por
que me hayas salvado la vida, sino por que se lo prometí a The Boss.
Y pienso cumplir esa promesa. Quería que lo supieras. Y tienes que
vivir."
Con
la cara empapada salgo de allí, preparo mi moto para irme, me pongo
las gafas de sol y me marcho. Volveré a lo que hasta ahora había
considerado hogar, o al menos a donde tengo que concluir mi misión.
Hasta siempre Snake.
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