Capítulo
2
Jugando
al despiste
-¿Qué estás haciendo? - Intentó
soltarme de mi agarre.
-Shh. Concéntrate. - Dije poniendo un
dedo en sus labios. - ¿Lo oyes?
-Sí. - Comprendió que lo que
intentaba era hacerle ver que había alguien por la zona. - No hay
que pelear si no es necesario.
-¿Necesario? - Sonreí cerrando los
ojos. - Claro, sólo si es necesario.
Siempre evitaba la pelea, evitaba hacer
daño aunque mi reputación dijese lo contrario. Tenia que mantener
un papel y una postura muy ajena a mi. Pero aún así, debía tener
cuidado de no revelar mi verdadera historia. Esta mujer me analizaba
demasiado y lo peor de todo es que se acercaba a mi verdadero yo.
Pero no podía negar una cosa, indicutiblemente eramos muy similares.
Ambos buscabamos la paz, a nuestra manera, el fin justifica los
medios. Ambos éramos solitarios, fríos y tristes. Nuestro pasado
era trágico y nos ha hecho ser como somos. Pero ella era una mujer,
una compañera enemiga a la que debía vigilar. No debía abandonar
mi misión ni lo que me trajo a Akatsuki. Debo vigilar a los enemigos
y evitar que ataquen a Konoha.
Desde que vine a esta organización,
donde sólo hay hombres, no he podido evitar fijarme en ella. La
única mujer que hay en Akatsuki, la única fémina que tengo cerca y
que he podido sentir, en cierto modo, en mucho tiempo.
Han pasado muchos años desde los que
tuve que matar a mi novia, desde entonces, no he vuelto a sentir amor
por nadie ni tampoco creo que lo sienta. Pero sigo siendo humano, un
hombre de carne y hueso que requiere ciertas atenciones. Es lógico
que me sienta atraído por una mujer como ésta. Es preciosa, mayor
que yo, sus ojos anaranjados y su pelo azul hipnotizan a cualquiera.
Su cara angelical no desvela que lo que hace la organización, en el
fondo, sea malo. Pese a que tanto ella como Pain quieren la paz.
No debo desviarme de mi camino ni
entretenerme con estos pensamientos inútiles. Tengo que seguir
"entrenando" a Sasuke a mi manera, a base de que me odie.
No puedo andar pensando en seducciones
que no me llevarán a nada. Aunque pudiera, aunque por un momento
pudiera estar con una mujer, no podía ser Konan. Ella y el líder
eran algo mas que amigos. Sólo hay que ver la cara de Pain cuando
alguien comenta algo acerca de Konan.
-Escúchame, Konan. - Advertí. -
Intentaremos evitarlos, no parecen muchos y si llegado el momento hay
que luchar... - la miré. - Utilizaré un genjutsu y les daremos
esquinazo.
-Por mucho que intentes negarlo - Me
miró a los ojos – no eres el asesino despiadado que intentas
aparentar.
Enarqué una ceja y solté un quejido
sin responderle. No quería mirarla a la cara sabiendo que parecía
saber mas de mi de lo que yo pensaba.
-Maté a mi familia, a mi clan, a mi
novia ...-Recalqué esta última palabra. - no tuve piedad en
asesinar a mujeres y niños. ¿No te parece eso despiadado?
-La paz requiere sacrificios, Itachi.
-Sentí su calor cerca de mi cuerpo y me estremecí. -Para que haya
paz, es necesaria la guerra. Es la realidad.
Todavia no me acostumbraba a sentir el
cuerpo de una mujer tan cerca, maldita sea, esto puede cambiar las
cosas. Hacía tanto que no sentía el contacto humano con alguien. No
podía decirle a Pain que no la pusiera conmigo, podría sospechar de
mi o sentarle mal que despreciara a su Ángel, como él solía
llamarla en mas de una ocasión. Aunque era cierto, tenía cara de
ángel.
-La realidad puede ser una ilusión,
Konan. No existe justificación a las acciones que realizamos, sean
para bien o mal, matar no tiene justificación.
-Hablas como si te arrepintieras de tu
pasado. Como si quisieras volver atrás y no hacer lo que hiciste.
-No se puede cambiar el pasado. Lo que
he hecho era necesario.
-¿Necesario? - Noté el interés en su
pregunta, la estaba descolocando
-Necesitaba comprobar mi poder, ver
hasta donde era capaz de llegar con mis ojos. Maté a mi mejor amigo
por mis habilidades. - Nuevamente tenía que fingir, crear una imagen
opuesta ami, debía demostrar ser el villano una vez mas. Mi cara de
perder la cordura era lo mejor para esta situación.
-Me cuesta creerte. - Me heló la
sangre cuando sentí su mano posarse en mi cara. - Puedo ver en tus
ojos todo el dolor que has pasado.
Sentí compasión por ella. Creía ver
en mi alguien bueno, aunque mis motivos fuesen honorables mis
acciones no dejaban de ser despreciables. Maté mujeres, niños,
ancianos... todo por mantener la paz de la villa y evitar una guerra.
Soy un shinobi en la sombra, alguien que vela por la seguridad de
Konoha a toda costa. Pero eso no quita que derramé la sangre de los
que más quería.
-¿Por qué estás en Akatsuki? -
Preguntó sacándome de mis pensamientos.
-No puedo volver a mi aldea después de
lo que hice. Tampoco quiero nada de Konoha.
-Y entonces ¿Por qué llevas con tanto
orgullo tu bandana?
No me inspiraba confianza este giro en
la conversación. No podía fiarme y decir nada que desvelara que mi
intención en Akatsuki era vigilarles y evitar que atacaran mi aldea
o capturaran al Kyubi.
-Llevo la bandana para recordar a donde
no quiero volver.
-Extrañas palabras para alguien que,
cuando se menciona Konoha, es el primero en decir que va.
-No hay nadie en toda la organización
que pueda entrar mejor que yo.
-Pain podría entrar si quisiera.
-Llamaría mucho la atención.
-¿Es una excusa, Itachi? - Quizás
empezaba a imaginarme las cosas pero, la veía mas cerca de lo
normal.
-Sólo digo que para entrar en Konoha,
yo me conozco las maneras fáciles, rápidas y efectivas.
Maldita sea, otra vez este estúpido
dolor en el pecho. No es buen momento para descansar. Mucho menos que
me entre esta maldita tos y empiece a echar sangre otra vez. Cada día
tengo mas claro que esto es un castigo por mis crímenes.
-¿Te encuentras bien? - Noté su
interés verdadero en mi estado.
-Tenemos que seguir – Dije esquivando
la pregunta. - Si seguimos a este paso tardaremos mas de lo previsto
en llegar. Se nos hará de noche y tendremos que parar.
No puedo continuar así, tengo que
descansar. Pero esto desvelaría que estoy enfermo y podría
contarselo a Pain. No me conviene.
Intento evitarlo pero las ganas de
toser me pueden y de manera que no puedo controlar empiezo a echar
sangre por la boca mientras me agarro el pecho.
-¡¡Itachi!! - Veo a Konan corriendo
hacía mi, con un gesto de preocupación. - ¿Qué? ¿Por qué toses
sangre? ¿Qué te ocurre?
-Nada. - Dije secamente cuando pude
hablar. - Vamos tenemos que continuar.
Limpiándome la sangre que se derramaba
por la comisura de mis labios, maldecí una y otra vez esta maldita
enfermedad. No tenía cura y los medicamentos sólo alargaban un poco
más los años que me quedaban de vida.
Hasta ahora nadie había visto esto,
ningún compañero ni nadie que no fuera yo sabia de mi enfermedad.
Ahora Konan estaba al tanto de que algo me ocurría y eso no podía
ser bueno.
-Deberíamos parar a descansar. Si
salimos cuando amanezca podemos llegar a tiempo y tú necesitas ...-
No la dejé terminar la frase.
-Necesito que cumplamos la misión que
Pain nos ha encomendado.
-Pain es comprensivo, y yo puedo hablar
con él y explica...
-No necesito defensores, Konan. - La
miré con el Mangekyou Sharingan activado, mostrando mi cabreo. -
Confio en que esto no salga de aquí.
-Buena manera de pedirme un favor. - Su
cara se mostró tan fría como era habitual antes de este dia. -
Interpreto eso como una amenaza.
-Tómatelo como quieras, simplemente
que espero que este incidente no salga de aquí, no te incumbe ni a
ti ni a nadie.
-¿No? ¿Qué ocurriría si Pain nos
manda a una misión y fracasas? ¿Creés que le gustaría? Necesita
que sus subordinados estén en buen estado.
-¿Estoy en mal estado? - enarqué una
ceja con mi pregunta, intentando dar otro punto de vista. - ¿Qué te
hace pensar que realmente has visto eso? Quizás todo forma parte de
un genjutsu visual mío.
-¿Y qué ganarías con eso? -
Nuevamente la tenía mas cerca de lo que podía soportar. - ¿Intentas
llamar mi atención?
Por mi cabeza pasó una idea que podía
salir bien y con suerte, me quitaría a Konan de encima durante un
rato. Eso podía alejarla de mi, asustarla o tal vez, incomodarla. Me
acerqué yo a ella más aún, y pasé mi brazo por su cintura.
Atrayendo su cuerpo hasta estar pegado al mío. Estabamos en pleno
contacto, capa con capa, notando la respiración entrecortada que se
mezclaba de ambos. La miré a los ojos con mi Mangekyou y susurré en
su boca.
-¿Y si quisiera aprovecharme ahora
mismo de ti, Konan? - Sentí su cuerpo estremecerse con mis palabras,
temblaba bajo mis manos y eso no hizo mas que empezar a volverme
loco. - Quizás es esa la atención que busco realmente.
Comentarios
Publicar un comentario