Capítulo
3
Confusión
Esto no me lo pone nada fácil, le
siento muy cerca. No entiendo esta reacción de mi cuerpo, menos aún
el comportamiento de él. Frío, distanciado y ahora lo tengo aquí a
pocos centímetros de mi boca. Y debo confesar que me siento deseada,
entusiasmada y con ganas de tomar sus labios con los mios.
¿Qué demonios digo? Es Itachi Uchiha,
es mi compañero, no puedo permitir eso, pero mis manos no reacciona
y mi cuerpo me traiciona y sigo temblando. Mi corazón está
acelerado por que por mucho que lo niegue, no me importaria dejar que
me subiera la capa y me tomara aquí. Deseo que se aproveche de mi,
que disfrute con mi cuerpo, que me haga suya aquí. Debo reaccionar o
no sabré controlarme.
-¡¡¡Itachi!!! ¿Qué demonios haces?
- Le grité, intentando parecer ofendida, enterrando mi cara en su
cuello. - Suéltame ahora mismo.
-Te tenía por alguien fuerte, Konan,
alguien capaz de defenderse sola, - Me separó de él, haciéndome
sentir diminuta y humillada. - eres una decepción y una mujer débil.
-No eres como yo pensaba, después de
todo. Veo que no tienes miramientos con nadie, no sé por qué pensé
lo contrario. - Me solté de él, pese a estar ambos a distancia. -
Sigámos con nuestra misión, mi dios no merece esperar por nadie.
Una sonrisa malévola y lasciva se
dibujó en la cara del Uchiha que me acompañaba. Ya no me miraba,
simplemente avanzaba hacía nuestro destino completamente en
silencio. Yo le seguía, incómoda por la situación. Sentía un
cúmulo de sentimientos que no sabía como calificar. Humillada,
frustada y sorprendida era lo que mas se acercaba a mi estado en
estos momentos.
Me sacó de mis pensamientos un kunai
que pasó por mi lado, rozándome el hombro derecho haciéndo que mi
capa se rasgara.
-¡Konan! - Me miró Itachi con
preocupación mientras usaba uno de sus clones para entretener al
enemigo. - Son ANBUS de la arena.
-Deben saber que vamos tras uno de los
ancianos de la zona para obtener información. - Salté de la rama y
me agaché en el suelo. - ¿Cómo demonios lo habrán averiguado?
Me incorporé y lancé mi jutsu de
shuriken de papel, haciéndo que mi enemigo se distrayera, aproveché
para atacarle de frente y acabé con él.
-Konan, como has dicho tú – los ojos
rojos del Uchiha me miraron – no hemos venido a pelear, sólo si es
necesario. Yo me encargo.
Se puso delante de mi y en un instante
los enemigos cayeron al suelo incoscientes.
-Ahora están en un jutsu ilusorio, en
poco tiempo despertarán, así que debemos darnos prisa antes que
vengan los refuerzos o se levanten.
Sentí un dolor en el brazo y me
agarré. Intenté no mostrar signos de estar herida, pero el kunai
probablemente tenía alguna sustancia tóxica. Una herida así no es
nada para mi pero el veneno es bien distinto. Cumpliríamos la misión
y a la vuelta a la guarida, Pain me ayudaría a curarme.
-Vamos, estamos siendo muy lentos.
-Tienes razón, debemos acelerar el
paso. - Respondí intentando no mostrar muecas de dolor.
Maldita sea, no se que veneno es. En la
Arena el veneno es muy habitual en ellos, tenía que haberlo
previsto. La tóxina se está extendiendo más rápido de lo normal.
Frené agarrando mi hombro y respirando con dificultad.
-¡Mierda! - Maldecí. - Estoy
envenenada.
-Ninjas de la arena, muy propio de
ellos. - Itachi se acercó ami y se agachó hasta estar a mi altura.
- déjame ver eso.
A regañadientes, por la situación
incómoda y humillante de antes, me retiré la capa quedándo sólo
con mi ropa habitual negra. Mi hombro descubierto facilitó que no
tuviera que desnudarme. La herida era superficial pero el veneno se
extendía muy rápido. El brazo estaba amoratado y las venas parecían
a punto de estallar en mi piel.
-No es ningún veneno que haya visto
antes – Noté su mano presionando mi herida – Orochimaru nos
inmunizó ante los venenos, este debe ser uno reciente, uno que no
conocía entonces.
-Ve, cumple la misión solo. - Supliqué
quejándome. - Pain nos está esperando, no debemos hacerle esperar
por mi torpeza, yo te seguiré.
-Te ha encargado venir conmigo para
ayudarme, no para que te conviertas en un estorbo.
Sentí mi corazón romperse en mil
pedazos por su dureza. ¿Por qué? A mi no me afectan estas tonterias
ridículas. Soy cosciente de mi poder y mi fuerza, no me afecta que
nadie me diga ninguna estupidez como esta. No soy un estorbo, nunca
lo he sido.
Yahiko...¿Qué fui para ti?¿Me verías
como un estorbo? Me derrumbo al pensar en que quizás para él fui
una molestia.
Me puse en pie sola intentando mostrar
que no necesito que me mimen ni que me ayuden. Miré a itachi con
desprecio, casi sintiendo ira hacía él por su trato conmigo.
Era increíble que a pesar del tiempo
que llevabamos juntos ya tuviesemos tanta "confianza".
Habíamos hablado mas en todo el camino que en nuestro paso por
Akatsuki. Ninguno de los dos éramos muy sociales. Yo sólo podía
espresarme con Yahiko y Nagato. Ellos eran y son mi familia, no tengo
por que seguir entablando una conversación forzosa con Itachi.
Pero or mas que me lo negara a mi
misma, me atráia este chico. No se si su juventud o carácter tenían
que ver en ello, pero me agradaba la idea y necesitaba intentar
hablar con él.
Pensé en Nagato, él cual sólo
permitía que lo llamase yo así, pues para ojos de los demás, sólo
era Pain.
-Vamos, Uchiha. Tenemos cosas que
hacer.
Avanzamos hacía el objetivo,
intentando por todos los medios no desfallecer en el intento. A duras
penas pude llegar al punto de la misión. El anciano que teníamos
que capturar para sacar información era un ninja médico retirado.
Con genjutsu de Itachi sacamos la información y la cura para mi
veneno. Poco después salimos de allí, aún debilitada, seguí el
camino hasta llegar a nuestra guarida, donde estaba Nagato
esperándonos para concluir la misión.
-Konan, ven aquí. - Mi dios se dio
cuenta de que algo no andaba bien conmigo.- ¿Hay algo que deba
saber?
-Pain, nos atacaron y un kunai
infectado en veneno me hirió. - Saqué el botecito con el antídoto
y se lo mostré. - No somos inmunes a el.
-¿Cómo es eso posible? Orochimaru nos
aseguró que todos los Akatsuki lo seriamos.
-Era un veneno desconocido, pero eso no
importa, el antídoto nos ayudará a evitar posibles envenenamientos
por el.
-¿Habéis obtenido la información
acerca del Biju? - Se dirigió a Itachi.
-Si, líder. -Me observó un momento y
continuó. - No está en la aldea. Estuvo bajo mi genjutsu y aún así
no sabía nada de él.
-¿Te gusta tu nueva compañera,
Itachi? - La pregunta inadecuada de Pain me sorprendió.
-¡Pain! - Grité sonrojándome,
mirando a Itachi que no respondió. - ¿Por que dices eso?
-Itachi, respóndeme. - Insistió.
-Es una buena ninja, líder. -
Respondió el Uchiha sin apartar la vista de mi.
-Bien, sólo quería saber si habiais
tenido algún problema a la hora de llevar a cabo la misión.
Suspiré aliviada cuando aclaró sus
preguntas. Sentí la mano acogedora de Pain acariciándome la
mejilla. Y su brazo alrededor de mi cintura.
-Vamos, tienes que descansar. - Hizo un
gesto con la mano a Itachi para que se marchara. - Te pondré cómoda.
Siempre que llegaba de una misión
abrumada, Pain se encarga de cuidarme y ayudarme a cambiarme de ropa.
Sólo con él tenía esa confianza para compartir mi intimidad y no
darme verguenza que me viera en ropa interior o desnuda.
Nunca otro hombre me había visto así,
ni había compartido intimidad conmigo. Sólo Yahiko. Ante Nagato era
una mujer pura que había mantenido el recuerdo de nuestro compañero
vivo. Mi amor por Yahiko era tan grande que pensar en otros hombres
se me hace difícil.
De repente pensé en Itachi, que tan
cerca había estado de mi y sentí su tacto. Un tacto cálido y
suave, el cual no esperaba que deseara volver a sentir.
Cuando ya estaba lista para irme a la
cama me quedé sola, en mi habitación siempre me podía encontrar a
mi misma, siempre podía ser yo sin tener que preocuparme de nada.
Pensé en el Uchiha y me puse la capa,
sin ninguna prenda debajo y me dirigí a su habitación. Ahora mismo
estaría solo, ya que no tenía compañero. Llamé a la puerta,
esperé a escuchar una respuesta y entré. Itachi se encontraba
tumbado en la cama, vestido como siempre y los ojos cerrados.
-Te estaba esperando, Konan.
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