Abriendo
mi corazón
Capítulo
1
Curando
las heridas
Camino
hacía la puerta sin parar de pensar en la misión que me ha sido
encomendada. Una vez más, debo actuar de doble agente, o triple...no
se quién o qué soy ya. Toda mi vida mintiendo, fingiendo ser otra,
siendo una persona que realmente no soy. Mi vida es una mentira,
nunca puedo tener sentimientos...siempre tengo que cerrar los ojos o
mirar hacía otro lado, mientras camino hacía adelante, como si no
pasase nada. Soy una espía, no puedo tener vida personal.
Me
pongo el casco y me subo a mi moto, mientras la acaricio
sonrío...nunca podré separarme de ella. Sólo me bajaré de mi moto
cuando muera o...me enamore.
Enamorarse.
Esa palabra resuena en mi cabeza imaginando las posibilidades que
ello conlleva. ¿Yo he nacido para ello? No. Mi vida no me lo
permite. Pero puedo enamorarme si forma parte de la misión. Mientras
sonrío no puedo evitar que una lágrima se me escape y recorra mi
mejilla. Pero reacciono y me centro en la prioridad.
Y
pensar que hace tan sólo unos días pensaba así...ahora todo es
distinto, Snake me hace ver las cosas de distinta manera. Sólo puedo
pensar en él, en sus labios, su forma de ser, esa manera de mirarme
tan descaradamente cada vez que le provoco.
EVA
tentó a Adán en el paraíso, pero sin duda alguna, pese a que yo
quiera tentarle, he terminado cayendo ante él. Mordería la manzana
que él me ofreciera...sin preguntas, sin dudas, sin quejas...
Su
mirada y sus palabras en mi mente hace que cada encuentro con ese
sádico de Volgin sea mas llevadero. Intento pensar en él cuando ese
monstruo me maltrata mientras toma de mi lo que le apetece. Sólo
debo cerrar los ojos y pensar en él...Snake.
-¡¡Tatyana!!
- Me saca de mis pensamientos Volgin. - Ven aquí.
-No
confío en esa perra, no me gusta su olor. - Otra vez el maldito
rubio que acompaña al jefe se queja de mi.
-Oh
vamos, es la dulce Tatyana, ¿verdad? - Siento como sus manos me
tocan la parte baja de la cintura y me estremezco por dentro.
Pero
sonrío para él, fingiendo como una buena mentirosa. Justo en ese
momento aparece ella, esa bella mujer rubia que atormenta a Snake y
que lo apaliza cada vez que lo ve. The Boss. No entiendo por qué me
mira de esa manera tan fijamente, puede que sospeche quien soy.
Volgin
me echa de su lado cuando hay conversaciones que no debo escuchar,
sin embargo siempre me las ingenio para enterarme, y así cumplir mi
misión.
Tras
un momento de conversación empiezan las alertas a sonar en la base,
él está aquí. Snake a venido.
Estando
al lado de The Boss termino en la habitación de tortura. Allí,
Snake está atado del techo mientras recibe golpes por todos lados
para que hable, sin embargo, pese a la tortura que se somete, no
suelta palabra alguna.
-Es
inútil, no hablará. Yo misma le entrené para eso. - Habla The Boss
mirando hacía otro lado.
Tras
varios golpes cae algo al suelo que Volgin recoge, levantando en él
sospecha entre los que estamos en la habitación. Una especie de
chip que sujeta en su mano y que no para de mirar preguntando a todos
los que estamos ahí de quien es. Rápidamente, The Boss, confiesa
que es suyo y que ella se lo colocó.
-No
puedo fiarme de nadie entonces, es tu aprendiz después de todo. -
Volgin desafía a la rubia mientras la cara de ésta muestra
descontento.
-¿Estás
insinuando que no te fías de mi? - The Boss casi se echa encima del
sádico, profundamente dolida por su actitud.
-No,
no es eso. - Por un momento me siento tan satisfecha por la reacción
de Volgin...es la primera vez que puedo sentir algo de miedo en sus
ojos, teme a The Boss.
-Entonces
dime, ¿Qué quieres que haga? - Le reta ella.
-No
hay nada mas valioso para un soldado que sus ojos. Quítaselos.
Ahogo
un grito de dolor al escuchar aquello. No puedo ser, no puede ser
cierto...dime que no lo hará.
La
miro, esperando ver su reacción y mi cuerpo empieza a tembalr
sintiendo el pánico correr de un extremo a otro. Con el cuchillo en
la mano, The Boss se acerca a Snake poniendo el arma blanca a la
altura de sus ojos. Snake tiembla aterrado pero aún así, presa del
pánico, no habla.
Siento
un atisbo de orgullo en mi pecho. Ni encontrándose al borde del
peligro traiciona sus principios, su misión...No puedo permitirlo,
así que sin saber como logro sacar esta valentía me acerco a ella y
agarro su mano. "Para" consigo decir. Me hace caso y puedo
ver en sus ojos que, en cierto modo, agradece mi actuación.
Las
malas caras de Volgin y Ocelot levantan sospechas en este último,
que comienza a olerme como si fuese una perra.
- Tu eres la espía. - Dice mientras me olfatea.
- ¿Qué estás diciendo?
- -Ese perfume ... - Me toca el pecho, como hizo la primera vez.
- ¡Quieto! - Me aparto dándole una bofetada.
Pese
a nuestro espectáculo, Volgin, sigue sin sospechar de mi.
Simplemente cree que Ocelot está interesado en mi. Imbécil.
Pero
Ocelot no se rinde, siempre anda como ese grano en el culo detrás de
mi y al final saca el revólver y me apunta. Se que es capaz de
hacerlo, puedo verle. Se acerca a mi haciendo malabares con tres
revólveres iba apuntándome hasta que en el último... Snake le da
un empujón como puede y me salva de recibir el tiro. Pero el precio
de ello le lleva a perder un ojo, por mi. Alguien que en teoria no
conoce, ya que no sabe que la que tiene delante es EVA.
Verlo
desgarrarse del dolor, atado, sangrando... no se que siento ahora
mismo, si miedo, dolor, tristeza o ira, pero agradezco a The Boss que
le de ese guantazo bien dado a ese imbécil que casi me mata y ha
dejado tuerto a este hombre que, con temor, empieza a invadir mi
corazón.
"Me
a salvado la vida, sin conocerme. Y no se ha pensado ni por un
segundo que podría dañarle a él. Nunca habían hecho nada así por
mi. Sólo he recibido golpes, palizas, torturas, abusos
"consentidos"...sin embargo él, pese a todo, se preocupa
mas por una desconocida que por su propio bien. Es un gran hombre."
The
Boss me mira, observa como reacciono ante esta situación y me coge
por el brazo para apartarme a una esquina.
Sólo
quiero correr hacía él, darle las gracias y abrazarle dándole
besos por cada una de sus heridas. Me sorprendo de ver como ese
hombre empieza a calar en mi, como siento cosas que nunca antes había
sentido ni había podido o querido espresar. Pero mis manos anhelan
su tacto, su cuerpo, acariciar cada centímetro de su piel y hacerle
sentir...amor.
¿Estaré
enamorada? ¿es esto lo que se siente realmente? Cuanto mas le miro
mas me cuesta aguantar los impulsos para correr hacía él y
abrazarle.
The
Boss me lleva del brazo hasta una habitación, donde me sienta y ,
muy nerviosa, empieza a contarme algo que me destroza el corazón. A
medida que la escucho, mi admiración por ella sube cada vez mas.
-¿Cómo?
- Volgin muy cabreado pregunta a Ocelot, el cual está frente a él
con la cabeza cabizbaja.
- Estará muerto, se ha tirado por la presa, dudo mucho que haya sobrevivido. - Me lanza una mirada que no logro entender. - No sabemos como logró escapar.
Escucho
atenta cada una de sus palabras mientras el corazón se me encoje y
las entrañas empiezan a dolerme, como si me las estuvieran
retorciendo de un modo sádico. Cualquier golpe hasta ahora, no me
había dolido tanto como lo que estaba oyendo. ¿Muerto? ¿Snake?
No, no puede ser. Me niego a pensar en ello. No puedo aceptar que
alguien como él haya muerto.
Intentando
controlar mis sentimientos me doy la vuelta y me marcho de allí,
rezando por que Volgin u otro miembro de la base, me impidan salir.
Voy
a mi habitación, cojo mis cosas y me escabullo como siempre para
salir al exterior. Cuando llego a mi moto me pongo el casco y
evitando derramar lágrimas de dolor , arranco para salir pitando de
allí.
Pienso
en en el lugar donde Snake y yo nos ibamos a reunir y voy hasta a el,
con la esperanza de que esté esperándome. Atravesando el agua con
mi moto entro en la cueva y alli le veo, apuntandome con un arma. Mi
corazón deja de dolerme, la satisfacción y la tranquilidad inunda
mi cuerpo cuando veo que sigue vivo y con ganas de luchar aún con
quien esté dispuesto a atacarle.
No
se ha dado cuenta de que soy yo, así que paro la moto, me quito el
casco y su cara sorprendida me observa.
-Encantada
de conocerte Snake, soy Tatyana. - Le sonrío, mostrando frialdad e
intentando ocultar lo que en mi corazón empieza a tejerse. - Aquí
está tu equipamiento. - Le digo dándole sus cosas, que las cogí
antes de marcharme de la base.
-EVA,
te vendría bien una toalla... - Me dice mientras me señala.
- Y a ti. - Le reto con la mirada. Feliz de ver que está bien.
Aprecio
un atisbo de sonrisa en su cara, esos labios que tanto deseo besar y
que me están haciendo perder la razón.
Durante
unos minutos en silencio hacemos una pequeña hoguera donde él se
sienta a mirar el fuego. Yo, en cambio, me quedo de pie desnudándome
mientras observo por el rabillo del ojo que se dispone a cazar. Tras
varios intentos captura una serpiente y la clava en un palo que hay
cerca. Anonanada le veo asarla para después, sin ningún tipo de
escrúpulo, comérsela hambriento.
Me
desnudo, intentando llamar su atención, hacerle ver que deseo algo
con él y que quiero que me mire. Mientras devora el reptíl me
acerco hasta él y le veo levantar la vista poco a poco. Su único
ojo, azul como el cielo, me observa, con su boca ligeramente abierta
y entonces se que he cumplido con mi cometido.
-¿Quieres?
- Me ofrece lo que está comiendo.
-No,
gracias.
-¿No
te gustan las serpientes? - Pregunta inocentemente.
-No
para comérmelas. - Y me siento frente a él, mirándole en ropa
interior.
Tras
un rato hablando de mi entrenamiento en la KGB, las comidas y de mis
sentimientos hacía traicionar a mi propio país en mi trabajo,
volvemos hablar de serpientes.
- Va...ni siquiera puedes darle un bocado a una serpiente...- Dice mientras va a comer nuevamente de ella.
- -Pero no me importaría darte un mordisco a ti. - Me levanto observando su reacción, quedándose parado sin mover la boca y mirándome.
Gateo
hasta a él, mirándole a la cara seductoramente, ronroneando,
provocándole...
-Cuando
acabemos la misión me tienes que invitar a cenar, ¿eh?
-¿Y
qué quieres comer?
-A
ver... - Me pongo a su lado. - Sushi...
-¿Sushi?
- Pregunta extrañado.
-Es
pescado crudo que está de moda ahora.
-Menudo
entrenamiento de supervivencia.
Nos
miramos y rompemos a reír. La alegría nos dura poco, cuando una
mariposa alborotea a nuestro alrededor y Snake la intenta coger.
Fracasa
en sus intentos, se deprime, baja la vista y siempre como su corazón
se rompe en mil pedazos frente a mi. No puedo evitarlo y me abrazo a
él.
-¿Snake?
- Digo mientras intento evitar las ganas de llorar por verle así. -
Gracias Snake. Apartir de ahora yo seré tus ojos.
Le
busco la cara y le miro, me acerco a sus labios y le susurro en la
boca, "gracias". No puedo evitarlo y agarrándole la cara
fundo mi boca con la suya, mientras recorro con mi lengua su interior
y le acaricio el pelo.
Cuando
voy a ponerme sobre él me aparta de su cuerpo.
-No
te preocupes, estoy bien. - Me quita el rostro y mira hacía otro
lado. - Mientras tenga un ojo podré disparar.
Veo
el dolor en él y por increíble que parezca lo siento yo. Sus
palabras sólo ocultan el miedo y la tristeza tras la fachada de
soldado duro. Pero en el fondo es un niño endeble, inocente y yo
estoy aquí, corrompiéndole mientras él me tienta al amor.
Pese
a sus insistencias le agarro de la mano y le obligo a mirarme.
"Snake, déjame agardecértelo". Su cara de no comprender
mis palabras la cojo entre mis manos, vuelvo a besarle nuevamente
mientras evito que me aparte. Sus manos en mi cintura intentan
quitarme de él pero no puede hacerlo, al final ante mis besos y mis
caricias, cae.
Me
pongo a horcajadas sobre él y le acaricio el pecho mientras mis
labios recorren en besos su cuello. Le escucho respirar rápido y
agitado, y pienso en lo increíble que es que, alguien como él, esté
derrotado ante estas muestras de cariño.
Mis
manos recorren su torso herido, maltratado y ensangrentado, rozando
algunas vendas que tiene puestas. Con mi boca desciendo por el,
intentando trasmitir lo que no puedo decir con palabras, lo que
empiezo a sentir por él. ¿Es amor? Estoy abriendo mi corazón hacía
un hombre con el que tengo una misión. Pero él es distinto, es
diferente a todos los demás. Su bondad, su inocencia...no puedo
resistirme a él, esta vez yo he sido la presa en lugar de la
cazadora.
Me
da la vuelta y se pone encima de mi, mientras le rodeo la cintura con
las piernas y siento su erección en mis bragas. Respiro fuerte en su
boca y escucho "EVA" salir de sus labios. Es tan erótico,
sensual... su voz me embriaga, su tono me enloquece y sólo deseo
sentirle dentro de mi.
Despacio
me despoja de las dos prendas que cubre mi cuerpo, y me deja
completamente desnuda. Poco después hace lo mismo y su boca me cubre
el cuerpo de besos. Es tan tierno conmigo, tan cuidadoso que cada una
de sus caricias recompone mi alma despedazada. Tiene el poder de
hacerme ser débil, de volverme loca y sentir algo que nunca he
podido sentir de verdad.
Sus
manos fuertes me acarician, una sube por mi muslo hasta lllegar a mi
pecho y lo manoseja con terrible cuidado. Esto no es sexo. Me está
haciendo el...¿amor? ¿es ésto? . "EVA, te necesito" me
dice finalmente estas palabras con las que me hace perder la cordura.
Llevo
mi mano a su miembro y le acaricio, deseosa de sentirle dentro de mi,
ambiciosa a sentirme plena.
-Snake...hazme...
- suplico en su boca agitada. - hazme...
-EVA...
Me
penetra despacio, mirándome a los ojos y descubriendo mi reacción.
Abriendo mi carne para él, como si fuese mi primera vez le siento
entrar en mi. Y por primera vez en mi vida, las sensaciones son
increibles. Mi corazón torturado empieza a asustarse ante la idea de
no poder vivir sin este hombre y sin querer las lágrimas empiezan a
salir de mis ojos.
-¿EVA?
, ¿Estás bien? - Pregunta preocupado deteniéndose.
-Si
Snake. - Le empujo con las manos el culo, guiándole a que se
introduzca en mi nuevamente. - No pares, por favor, sigue.
Me
vuelve a embestir mientras me cubre de besos, caricias y de un
sentimiento que empiezo a comprender. Me estoy enamorando de él. Por
primera vez, estoy abriendo mi corazón.
Comentarios
Publicar un comentario